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plan de fomento de la lecturaI.E.S. Palomeras-Vallecas
cuento ganador del II Concurso de cuentos Juan Carlos Trujillano
autora: Tamara Pérez García (1º de Bachillerato)

cartel ganador

Un viaje muy especial

Se lo pasó bien cuando realizó su primer viaje a Italia.Eran las siete de la mañana y en Madrid estaba lloviendo.Aquella fría mañana de octubre se levantó sobresaltado por el ruido del despertador,se vistió y fue hacia la cocina para tomar el desayuno.Vivía en una céntrica calle muy cerca de la Gran Vía.
    Desde allí podía divisar todo Madrid y ver todas las mañanas los amaneceres que despertaban la ciudad. Tenía las maletas encima de la cama,las echó un vistazo por si se olvidaba de algo,y al ver que todo estaba en orden,se dirigió hasta la puerta. No volvería hasta dentro de unas semanas, pero sabía que iba a añorar mucho su hogar. Cuando salió a la calle abrió su paraguas y caminó por la solitaria ciudad para encontrar un taxi que lo llevase al aeropuerto. Siguió caminando, de repente,vislumbró las luces de un coche, puesto que todavía era de noche.Después de tanto andar con sus maletas y un viejo paraguas,montó en el taxi. El taxista le preguntó a dónde se dirigía. El hombre le dijo que iba al aeropuerto para coger un vuelo con destino a Italia.En la carretera,apenas había tráfico pero seguía lloviendo, incluso más que antes.
     Al llegar al aeropuerto, pagó al taxista y éste le deseo buen viaje.En el aeropuerto había gente (española, extranjera…) que venían a España para encontrar una vida mejor o que se marchaban de ella para reencontrarse con sus seres queridos.Se sentó a esperar su vuelo, y para que la espera no se le hiciese eterna, empezó a leer las noticias del periódico;muertes,cambios en el tiempo atmosférico,deportes…eran algunos de los asuntos del día.Por fin, oyó por megafonía que anunciaban su vuelo y se dirigió a su avión, con destino a un país desconocido para él. Lo que más le gustaba era contemplar las nubes que pasaban al lado de su ventanilla.
      Después de dos horas de vuelo,llegó a Roma.Allí hacía calor, volvió a coger otro taxi que le conduciría hasta la casa de su amigo Carlo,un italiano que vivía en Roma desde hacia tres años.Éste, era pintor, expuso una exposición de cuadros en varias ciudades italianas, entre ellas,Roma.Tocó el timbre y su amigo con una gran sonrisa, le saludó y le dijo:¡Bienvenido a Roma, la Ciudad Eterna!.Rodrigo también le sonrió y se fundaron en un abrazo.A la mañana siguiente, Rodrigo fue con Carlo a ver la exposición de cuadros que su amigo había pintado. Rodrigo se quedó impresionado al ver las maravillas que Carlo había dibujado.El más bonito de todos los cuadros mitológicos era el secuestro de Perséfone,la diosa griega secuestrada por Hades.Más tarde,cuando vieron toda la exposición,se fueron a comer a un restaurante muy cerca del Coliseo. Comieron pasta y de postre, tomaron un delicioso helado italiano.Ya por la tarde, llegaron al Coliseo. Rodrigo se quedó maravillado al contemplar la magnifica construcción,y estando dentro, pensaba que estaba en la época romana, viendo una lucha entre gladiadores.Roma tenía un encanto especial porque en cada calle,monumento,plaza…se mezclaba lo clásico con el arte.Rodrigo quería recorrer Italia, buscar nuevos lugares.Su siguiente destino sería Venecia, pero no podía irse de Roma sin haber visitado antes El Vaticano.Cuando él y Carlo entraron en la basílica, se acercaron a ver la Capilla Sixtina, obra de Miguel Ángel, uno de los pintores más importantes de Italia.
       Ya habían pasado cuatro días desde que llego a Roma, pero su viaje no acababa aquí, sino que cogería un barco con rumbo a Venecia. Después de un trayecto muy corto, los dos amigos llegaron a Venecia, la ciudad del agua porque todas sus calles estaban llenas de canales. Se alojaron en un modesto hotel cerca de la plaza de San Marcos.Rodrigo hablaba un poco italiano porque Carlo se lo enseñó durante su estancia en Roma.Venecia era una ciudad muy bonita; en todas sus calles se apreciaba la música,los monumentos y el olor de los canales.Una tarde,Carlo y Rodrigo se aventuraron a montarse en una góndola.Rodrigo era un aficionado a la fotografía y por todos los sitios que pasaban en góndola, hacía fotos.Sentado a su lado había una mujer, por el acento que tenía,Rodrigo observó que se trataba de una italiana. Como sabía algo de italiano comenzó a hablar con ella.Los dos congeniaron muy bien y pronto se hicieron amigos.Ella le dijo que se llamaba Claudia y que vivía allí, en Venecia.Cuando la trayectoria en góndola terminó, Rodrigo y Carlo se despidieron de la mujer y se dirigieron al hotel. Rodrigo sentía algo más que una simple amistad por Claudia.Cuando tomaron la cena, se marcharon a sus respectivas habitaciones, pero antes,Carlo le enseñó a Rodrigo un dibujo que había hecho cuando estaban en la góndola.En él, aparecían los dos amigos junto a Claudia, Rodrigo se rió y se despidió de su amigo hasta otro día. Al día siguiente, se levantaron pronto y se marcharon a un viaje turístico que organizaba el hotel.Entre los asistentes había gente de otras nacionalidades y también italianos.La guía turística, para sorpresa de Rodrigo, era Claudia. La joven se expresaba muy bien hablando y conseguía que todas las personas se rieran. Al terminar el recorrido,Rodrigo y Claudia se marcharon a dar un paseo por las calles de Venecia.Rodrigo sentía que poco a poco se estaba enamorando de Claudia.Comieron en uno de los restaurantes más caros de Venecia.Después, Rodrigo acompañó a Claudia hasta su casa y al despedirse,se besaron.Rodrigo echaba de menos Madrid, su casa, su trabajo,a su perro Roger,los amaneceres que podía contemplar desde las ventanas, el tráfico… pero lo importante había sido venir a Italia para ver a su mejor amigo Carlo.
        Le quedaban pocas semanas para marcharse de Italia,concretamente dos, pero ahora era el novio de una italiana y volver a España se le hacía difícil. Cuando Carlo se enteró de que eran novios, se lo tomó con humor.Rodrigo no dejaba de pensar en Claudia y,lamentablemente,contaba los días que le quedaban para regresar a Madrid. No quería dejar a Claudia y ella tampoco a él.Le quedaban dos días para reencontrarse con lo que había dejado hace cuatro semanas.Su estancia en Italia había pasado muy deprisa, pero estaba contento porque había visto muchas cosas,se había encontrado con su amigo Carlo y había conocido a Claudia. Rodrigo habló con Claudia y la dijo que si quería marcharse con él a España. Ella no supo que contestar,se lo pensó un par de días y al final llamó a Rodrigo para decirle que sí, estaba decidida a marcharse.El día que tenían que ir al aeropuerto a recoger su avión de vuelta a casa, amaneció nublado y con mucho frío. Claudia recogió sus pertenencias, vivía en una casa muy pequeña con la única compañía que un gato.Rodrigo fue a buscarla y Carlo les llevo al aeropuerto. Esperaron tres horas hasta coger su avión. Claudia sentía pena y Rodrigo, esta vez, estaba contento.Carlo se quedaría en Roma y continuaría pintando cuadros. Cuando llegó la hora de la partida, Rodrigo con lágrimas en los ojos se despidió de Carlo,pero éste le dio el dibujo que había dibujado en la góndola.
     Cuando el avión despegó rumbo a España, Rodrigo, junto a Claudia, no perdía la esperanza de que algún día regresaría al país que le había enseñado a apreciar el arte,y por supuesto, el país donde había conocido a Claudia. Pasaron los meses y en Roma, Carlo ganó un concurso de cuadros. El cuadro favorito había sido el que aparecían dos amigos sentados en una góndola recorriendo los canales de venecia. Rodrigo se enteró por las noticias y se alegró mucho por su amigo. Durante meses o incluso años soñaba que volvería a Italia para reencontrarse con sus sueños porque sin duda había sido la mejor experiencia de su vida.

 



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