La lectura es,
sin duda, una de las más hermosas experiencias humanas; no solo porque
constituye una fuente inagotable de conocimiento, sino porque leer es también
un saludable hábito intelectual que nos puede proporcionar el placer de sentir como
propias otras vidas, como nuestras otras realidades y como comunes los
problemas de otros. Leer es enriquecernos, sin que la edad, el nivel cultural o
nuestros gustos sean impedimento alguno para que la palabra escrita ejerza
sobre nosotros su particular atracción inexplicable y misteriosa.
Estábamos convencidos de que la
lectura necesitaba complementar definitivamente nuestra labor como docentes; de
que la palabra, que siempre ha caminado junto a nosotros en el quehacer diario
de enseñar, necesitaba ser más que nunca la última parada de este viaje. Por
eso, porque no se puede llegar a ningún sitio sin el jugoso equipaje de los
libros, tomamos la decisión de hacer realidad el proyecto de convertir la
lectura en una auténtica seña de identidad de nuestro Centro, sabiendo como
sabíamos que leer además de mejorar en un futuro los resultados académicos de
nuestros alumnos, iba a proporcionarles la irrepetible experiencia de llegar a
un punto de inflexión inevitable en el que leer pasaría de ser una obligación a
un placer necesario para vivir.
Y el proyecto ha resultado ser un
lugar de encuentro. Profesores, alumnos y padres han sabido responder a la
demanda de un trabajo en común, solidario y con el que se han ido creando los
cimientos de una respuesta solícita a un problema acuciante de dificultades de
comprensión y a una cada vez mayor falta de interés por parte de los alumnos,
para quienes la lectura apenas ocupa un segundo plano entre sus prioridades y
hábitos.
El presente Plan de Fomento de la Lectura ha intentado
abordar el problema; su intención fue enfocarlo desde una perspectiva realista
partiendo de la especificidad de nuestros alumnos, de sus conocimientos y del
entorno en el que se desenvuelven, sin olvidar que no existen soluciones mágicas,
y teniendo siempre presente que el éxito del proyecto era el proyecto en sí, la
conciencia de que había una ausencia que había que cubrir y que, de un modo u
otro, hoy es menos ausencia.
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